Los robots polifuncionales que vendrán

Los robots polifuncionales que vendrán

El panel de Gartner destacó a los robots polifuncionales como una de las principales tecnologías a seguir en 2025. Se trataría de sistemas cuya habilidad no sería la de realizar varias tareas distintas, una multifuncionalidad que ya está bastante desarrollada, sino que residiría en su adaptabilidad a la hora de hacer cosas para las que no estaban inicialmente programados.

Además, podrían identificar por sí mismos tareas necesarias, o la idoneidad de alternarlas o priorizar unas sobre otras, e incluso resultarían capaces de ejecutar aquellas que precisen el aprendizaje previo sin una reprogramación, siguiendo las pautas de un instructor humano o IA, que eventualmente pueden mostrarle cómo realizarlas para que luego las hagan por emulación.

El aterrizaje de esta tecnología tiene unas profundas repercusiones, desde en el ámbito de la automatización industrial hasta en el doméstico, pensando en los robots asistentes en el hogar. En ambos casos, aunque se trate de contextos muy distintos, supondrían activos tecnológicos con mucha mayor autonomía y versatilidad para ejecutar tareas. Por no hablar de las aplicaciones que tendrían estas tecnologías en los peores escenarios…

La transformación de robots multifuncionales a polifuncionales

Se calcula que en la actualidad hay cerca de 4 millones de robots monofuncionales o multifuncionales operando en las empresas industriales, los cuales realizan funciones vedadas a los humanos, palían los déficits en fuerza de trabajo, aumentan la eficiencia productiva y reducen costes.

La nueva generación de robots polifuncionales que asoma por el horizonte permitirá disponer de una fuerza laboral robótica más flexible y adaptable, más útil en la medida que se alcanza la ejecución de tareas más complejas y valiosas, así como mejor preparada para la interacción humano-máquina, por más que esta conlleve sus problemas, al margen de las fricciones y dilemas que pueda suscitar el reemplazo del primero por la segunda, que en muchos casos se dará. 

De robots monofuncionales a multifuncionales

Dejando al margen las incertidumbres, lo que sí que sería indiscutible es que trascenderían el rol de los robots monofuncionales o multifuncionales actuales, que operan en espacios separados delimitados de los humanos, aunque interoperen con otras máquinas. Tal y como pueden hacer, por ejemplo, las plataformas polimórficas de KUKA o Universal Robots, básicamente simples brazos robóticos industriales que, si bien suelen enfocarse en tareas de manufactura, pueden cambiar rápidamente de herramienta (pinzas, soldador, taladro, etc.), estando diseñados para ser reprogramados o re-entrenados con relativa facilidad, particularmente en contextos de producción flexible, por la fabricación de distintos productos en la misma línea.

Con todo, el despliegue a gran escala de los robots polifuncionales afronta retos, tanto de madurez de su desarrollo tecnológico como de optimización de costes de implantación. De modo, que ahora solo nos podemos encontrar con implementaciones experimentales como la que está haciendo BMW en algunas de sus fábricas con robots de Figure, cuyas unidades más avanzadas pueden interactuar con humanos en lenguaje natural y organizar la ejecución de tareas.

Actualmente, se está avanzando en aspectos clave como eliminar la necesidad de programaciones personalizadas (para que los robots sean operativos con la mera transmisión de instrucciones o el aprendizaje directo), o la dependencia de una infraestructura fija, específica y costosa para ponerlos a funcionar, algo que disuade la inversión cuando se aspira a una lógica introducción gradual, que perfectamente puede empezar por un único robot.

Se puede divisar con poco esfuerzo un futuro inmediato en el que operan flotas completas de robots polifuncionales, ya sean propias o cedidas en alquiler por empresas especializadas, intuyéndose como determinantes los sistemas que gestionen las distintas unidades, su integración con los que hacen lo propio con los procesos de trabajo y la manera en la que se organizan estos, englobando la interacción humano-máquina autónoma polifuncional.

Los primeros robots proto-polifuncionales

Recordemos que la caracterización de polifuncional solo resultaría aplicable a aquellos robots que al margen de cambiar de tarea o de rol pueden aprender y realizar funciones nuevas que no estaban en su configuración inicial, sin reprogramaciones, siendo idealmente capaces de aprenderlas y ejecutarlas de forma autónoma.

Bajo ese prisma, ya tendríamos varios sistemas que al menos avanzarían en esa dirección. Así, en el contexto doméstico estaría el robot humanoide NEO de Beta, que ha comenzado a llegar a algunos hogares de prueba para ayudar en las tareas domésticas, pudiendo desde organizar elementos hasta limpiar. Es capaz de subir escaleras, abrir puertas y mover cosas, regulando la fuerza aplicada según el objeto que se trate.

Además, aprende del operador, esto es de quien lo maneje, ya que incorpora IA para que tras una simple demostración de cómo se realiza una tarea sea capaz de ejecutarla

Ahora mismo está en fase experimental en entornos reales, por lo que no resulta adquirible. A diferencia del Unitree G1 chino, de apariencia igualmente humanoide, tamaño compacto, altura de 1,32 metros y un peso de 35 kilos, y que ya se vende por unos 25.000 euros.

Multifuncionalidad de los robots

Aunque, por sus características, se encontraría más cerca de la multifuncionalidad que de la polifuncionalidad, debido que efectivamente puede programarse para realizar diversas tareas, desde domésticas a industriales, pero no puede aprender nuevas habilidades sin reprogramación, por más que se acerque al concepto porque puede usarse en diversos entornos sin modificar su hardware, requiriendo, eso sí, configuración específica para cada grupo de tareas.

Es más una plataforma versátil que un sistema realmente adaptable y autónomo como los robots netamente polifuncionales. Si bien, está ya disponible en el mercado, a diferencia del NEO de Beta que veíamos o de otros humanoides como Optimus de Tesla, aún en fase de prototipo, o de Atlas de Boston Dynamics, ese que nos maravilla en los videos que nos muestran. Mientras que Spot, de la misma compañía, es cuadrúpedo y no humanoide, pero se adapta a distintos entornos y permite la incorporación de software de terceros.

En lo que respecta a Optimus, se ha planteado como un robot humanoide polifuncional, capaz de realizar tareas domésticas, logísticas e industriales, aprendiendo del entorno mediante demostración humanas e IA, sin necesidad de reprogramación para desarrollar funciones distintas.

En cualquier caso, por mucho que ya se vislumbren los primeros robots de esta nueva generación, todavía habrá de pasar un tiempo para testar estos sistemas más complejos en escenarios reales, y comprobar si son efectivamente operativos en su polifuncionalidad, e incluso antes que eso si resultan seguros, por los motivos fácilmente deducibles, ante la amenaza que plantea un funcionamiento defectuoso o errático, por no hablar de las repercusiones que podría tener si estos sistemas se ven comprometidos por intrusiones malintencionadas.